Aunque el término Aromaterapia no fue utilizado sino hasta el Siglo XX, los principios de la aromaterapia datan de hace miles de años. Los perfumes naturales forman parte de la historia del hombre desde sus comienzos.

Los Egipcios utilizaban aceite de cedro, clavo, canela, nuez moscada y mirra para embalsamar a sus muertos. También utilizaban aceites de infusión y preparaciones herbales para usos espirituales, medicinales y cosméticos.
Los Griegos también reconocieron los beneficios aromáticos y medicinales de las plantas. Un perfumista Griego llamado Megallus creó un perfume a base de mirra en una base de aceite que se utilizaba por su aroma y sus propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes.

En el Siglo XI Avicenna, de origen Persa, inventó un tubo en espiral que permitía que los vapores obtenidos de la destilación de plantas se enfríen con más eficacia que los previos destiladores. En el Siglo XII, una abadesa Alemana llamada Hildegard cultivó y destiló lavanda por sus propiedades medicinales.
En el Siglo XIII nace la industria farmacéutica. Este evento promueve la destilación de aceites esenciales a mayor escala. Durante la pandemia de peste bubónica en el Siglo XIV preparaciones herbales se utilizaron ampliamente para combatir la enfermedad. En el Siglo XV Paracelso, un alquimista, médico y ocultista utilizó el término Esencia en el estudio del uso de plantas como medicina.

Actualmente existe un creciente resurgimiento del uso de productos naturales, incluyendo aceites esenciales para lograr beneficios terapéuticos, cosméticos y aromáticos.
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